Hace semanas, gracias a una gran amiga que me lanzó a la piscina, he vuelto hacer lo que tanto me gusta. No hay duda que hacer fotos es mi pasión y la disfruto como niña.
Esta vez me toco cubrir el bautizo de
unos “pollitos” apachurrables y deliciosos que habían cruzado el atlántico para
realizar la ceremonia en familia. La sesión fue genial, tantos los mellizos
como los papás se sintieron de lo mas cómodos con mi presencia mientras
empezaban sus preparativos para la iglesia y durante la ceremonia.
El restaurant de La Huaca Pullana, donde fue la recepción es totalmente mágico, asi
aproveché para hacer algunas de esas fotos que me gustan.
Realmente necesitaba reconectarme así con
mi cámara.
1 Comments